PEDRO ORTIZ
(Cieza, Murcia, España 2001)

Donde se disipa la niebla

Obra encargo a la aula de composición de la ESMUC – (2023) – 5’

JORGE SALGUEIRO
(Palmela, Portugal 1969)

Concierto para tuba, op. 139

(2006) – 18’

I. Profundidades (Depths)
II. Latir (Beating)
III. Cadencia (Cadenza)
IV. Fantasía (Fantasy)
V. Fuegos artificiales (Fireworks)

PAUSA 20’

JAMES BARNES
(Oklahoma, Estados Unidos 1948)

Sinfonía n.º 9, op. 160 

(2018) – 35’

I. Elegía (Elegy)
II. Scherzo
III. Música nocturna (Night Music)
IV. Finale

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por José R. Pascual-Vilaplana

Cuando escuchamos música, nos llegan mensajes que viajan entre el razonamiento y el hedonismo. A veces confluyen, otras confunden, pero si se provoca una catarsis auténtica siempre nos conmueven; es decir, nos sacan de nuestro estado de confort. La intención del compositor es la excusa para la creación, que siempre toma el timón de la autenticidad, más allá de cómo se refleja en quien escucha.

Dentro de la iniciativa surgida de la Banda Municipal de Barcelona y de la Escola Superior de Música de Catalunya (ESMUC) para promocionar la escritura para banda entre los jóvenes compositores, este año estrenamos una partitura del autor murciano Pedro Ortiz (Cieza, 2001), alumno de Composición de la ESMUC con los maestros Mauricio Sotelo y Aureliano Cattaneo. Trombonista y músico de banda en su localidad natal, nos propone una pieza sugerente: Donde se disipa la niebla(2023). La obra evoca varios ambientes sonoros que pretenden describir un paisaje con niebla que poco a poco se abre a la luz. Con este propósito, el autor utiliza técnicas de uso extendido y otras más clásicas, con recursos texturales y tímbricos de gran expresividad.

El instrumento solista del concierto de hoy no es de los que se suelen encontrar en las programaciones. La tuba es quizás uno de los instrumentos más desconocidos para el público melómano. Nuestro propósito al invitar al extraordinario solista Sergio Carolino (Alcobaça, 1973) es demostrar y manifestar el potencial y las peculiaridades de la tuba y, cómo no, la maestría y personalidad de este eminente instrumentista. De hecho, son su estilo y sus cualidades técnicas lo que inspiró al compositor portugués Jorge Salgueiro (Palmela, 1969) para escribir este Concierto para tuba, op. 139(2006).El binomio Carolino-Salgueiro ha producido diversas obras artísticas en las que se mezclan el talento y la osadía, ese compromiso de los artesanos que combinan una técnica depurada con un objetivo de trabajo evolutivo. La obra que hoy escucharemos no es un simple concierto para solista y formación sinfónica, sino que es toda una muestra de la destreza interpretativa del solista y de su mezcla con los colores que una banda contemporánea le puede aportar. No en vano, el compositor basa las texturas sonoras de esta partitura en el estilo del pintor expresionista austríaco Egon Schiele (1890-1918), discípulo de Gustav Klimt. La sensualidad melódica y tímbrica, incluso la exuberancia, nos rodea de un ambiente personal en el que la tuba asume el papel protagonista y se convierte en un revelador vehículo de emociones.

En este sentido de hacer de la música el principal objetivo, sin elementos que la justifiquen, el compositor estadounidense James Barnes (Oklahoma, 1949) nos propone su Ninth Symphony, op. 160 (2018) para gran banda. La partitura fue un encargo de un consorcio tanto de bandas comunitarias como universitarias para celebrar el 70.^o aniversario del compositor. James Barnes es uno de los autores más destacados de la literatura bandística de los últimos cuarenta años. Ganador en dos ocasiones del prestigioso ABA Ostwald Award, su música abarca estilos diversos y eclécticos, siempre demostrando oficio y compromiso hacia la banda contemporánea. Su novena sinfonía (la última que ha escrito hasta el momento) es música en estilo puro que quiere mostrar su legado y su experiencia a través de cuatro movimientos (“Elegy”, “Scherzo”, “Night Music” y “Finale”) que, sin intención programática alguna, están conectados por elementos temáticos y formales. La partitura muestra influencias desde Mahler hasta John Corigliano y eleva la proposición formalista del autor. En palabras del maestro Barnes: “La sinfonía es para el compositor lo que la novela para el escritor. En el caso de la sinfonía, es ésta la que ofrece al compositor el tiempo y el espacio necesarios para expresar numerosos estados de ánimo distintos. Da tiempo al creador para profundizar en muchos matices de pensamiento, así como el tiempo y el espacio para construir momentos dramáticos, episodios trágicos, expresiones conmovedoras e incluso algo de humor; todo dentro de los límites de una forma maravillosa”.

En programas como el de hoy se ponen de manifiesto la riqueza tímbrica y la potencialidad estética de la banda de música actual. Esta versatilidad es lo que envuelve las notas de una obra descriptiva, un concierto para solista y una sinfonía. La estructura del concierto no podía ser más clásica; sin embargo, su contenido abre nuevos senderos que nos ayudan a despejar la niebla cultural y nos ofrecen nuevos caminos para entender el papel de la banda en la cultura musical contemporánea.