La temporada de Música de Cámara 2018-19 de L’Auditori llega al fin con sus dos últimos programas, que protagonizan el violinista Chad Hoopes y el Trío Arriaga.
Chad Hoopes actúa esta noche en L’Auditori acompañado del pianista David Fung. Será a las 20 h en la Sala 2 Oriol Martorell en una ocasión excepcional para disfrutar, por primera vez en Barcelona, de su faceta como músico de cámara a través de un repertorio de corte romántico e impresionista.
En la Sonata en sol menor, L. 140, la última obra de Claude Debussy, podremos apreciar el alejamiento que el compositor emprendió, en sus últimos años, del estilo impresionista que había abanderado y disfrutar de la fusión de elementos clásicos con técnicas del violín gypsy. La Sonata n.º 2 en Sol mayor, M. 77, es una excitante mezcla de estilos –que incluye incluso un blues– en el que Maurice Ravel contrapone más que iguala el timbre de los dos instrumentos.
Con la Sonata n.º 1 en re menor, op. 75, Camile Saint-Saëns inspiró uno de los pasajes más dulces de la célebre obra de Marcel Proust, Por el camino de Swann, y lanzó un reto técnico perpetuo a todos los violinistas. La Sonata n.º 3 en re menor de Eugène Ysaÿe es una obra para violín solo que convoca, en un único movimiento, al ambiente de las sonatas de Bach y el virtuosismo de los caprichos de Paganini.
La última cita de la temporada nos llegará de la mano del Trío Arriaga, formado por tres solistas de prestigio internacional como son Daniel Ligorio, Juan Luis Gallego y David Apellániz, el próximo 30 de mayo a las 20 h en la Sala 2 Oriol Martorell.
El Trío Arriaga es una de las formaciones nacionales de cámara más sólidas del momento y la punta de lanza de un resurgimiento del trío con piano en tierras catalanas, tal y como lo confirman los jóvenes Trío Pedrell y Trío Fortuny.
En su concierto en L’Auditori, el Trío Arriaga nos propone dos grandes obras del repertorio de cámara que se encuentran emparentadas tanto por la nacionalidad de sus compositores como por su carácter elegíaco. Piotr Ilich Chaikovski escribió el Trío con piano en La menor, op. 50 en 1882 en memoria de su amigo y mentor Nikolái Rubinstein, fallecido el año anterior. Shostakóvich lo hizo en 1944 bajo el peso de los años de guerra vividos y los efectos de la muerte de su querido amigo, Iván Sollertinsky, a quien dedicaría el Trío con piano en mi menor, op. 67.
A pesar de su origen común, cada una de las obras expresa el abatimiento provocado por la muerte desde perspectivas diferentes: Chaikovski lo hace impregnado de un incontenible sentimentalismo romántico, mientras que Shostakóvich nos traslada a su mundo de contrastes extremos, a través de los que expresa el sufrimiento y el horror de una humanidad capaz de perpetrar el mayor de los horrores.
Chad Hoopes i el Trio Arriaga, artistes de luxe per al final de la temporada de Música de Cambra de L’Auditori
16-May-2019 – Aleix Palau