NITI RANJAN BISWAS
(Bangladesh)

Repertorio para tabla sola

50′

Niti Ranjan Biswas, tabla

PAUSA TÉCNICA 10'

OCTAVI RUMBAU
(Barcelona 1980)

In Tabla

(2014) – 50′

Miquel Bernat, percusión
Octavi Rumbau, composición y electrónica

Niti Ranjan Biswas, tabla

Miquel Bernat, percusiones

Octavi Rumbau, composición y electrónica

comentario

por Jordi Alomar

En la música india, el término tabla hace referencia tanto al membranófono de registro agudo percutido con la mano derecha (llamado también daya) como a la pareja formada por este y el duggi o baya, un tambor de registro grave manejado con la mano izquierda. Hecha tradicionalmente de madera y barro, respectivamente, y en la actualidad de diferentes aleaciones metálicas, es el principal instrumento de percusión del Indostán, área septentrional del subcontinente indio, así como de Pakistán, Afganistán y Nepal.

Articulada con los dedos, la palma de la mano y la muñeca, su abanico de sonoridades y la riqueza de su versátil paleta tímbrica hacen de ella un instrumento propicio para la ejecución virtuosística, ya sea como instrumento acompañante o como solista. En la música india, se llama tala al complejo sistema rítmico de raíz silábica que sustenta la elaboración de ragas o marcos melódicos dentro de los cuales se desarrollan los largos procesos de improvisación propios del repertorio khyal. Niti Ranjan Biswas es uno de los intérpretes de este rico repertorio más conocidos y valorados hoy en día, y en el programa de hoy ofrece una muestra del legado aprendido en la gharana de Ajrara, según las enseñanzas de Sudhir Kumar Saxena en Baroda (Guyarat).

La aproximación que plantea Octavi Rumbau a la tabla en la segunda parte del concierto es totalmente diferente de la que adopta el repertorio tradicional con respecto a este instrumento. A partir del estudio de sus capacidades y particularidades sonoras, así como de sus posibilidades de articulación con la electrónica, el autor plantea el recurso al emblemático membranófono rehuyendo de toda la gestualidad asociada a su género y asumiendo el reto paradójico de una incursión en la sonoridad india que elimina todos los estratos identificables. Ni talas ni polirritmias khyal: en un gesto de tránsito radical, la tabla pasa a ser una fuente sonora autónoma, liberada de su herencia de connotaciones y convertida en sonda exploratoria hacia el centro del sonido.

En una entrevista al compositor Giacinto Scelsi en la que se le pregunta su opinión con respecto a la música de Iannis Xenakis, Scelsi responde que, a pesar de las diferencias, ambos hacen un viaje hacia el sonido equiparable a un trayecto hacia el centro de la Tierra, en el que cada uno hace un agujero desde lugares distintos en la corteza terrestre que posiblemente se acabarán encontrando en el propio centro, una vez perforado el túnel. In Tabla, la magnum opus de Octavi Rumbau, es sin duda un hallazgo subterráneo dentro de este túnel: un orificio abierto en el camino hacia el núcleo terrestre, con su totalidad contenida dentro de sí mismo y con sus propias leyes naturales. Un espacio desde el que observar las convenciones del mundo exterior resulta del todo innecesario e incluso ridículo.

La comparación con una gran caverna no termina aquí. La vivencia de escucha de In tabla puede remitir a la lectura de Hors du temps, del espeleólogo francés Michel Siffre: el diario de una expedición en solitario del autor a la sima de Scarasson. La expedición era un reto a los límites de la resistencia y la percepción humana: el espeleólogo se había propuesto adentrarse voluntariamente a 130 metros de profundidad durante sesenta y tres días, en una noche continua y sin aparato alguno para medir el paso del tiempo, comunicado con el exterior tan solo mediante un hilo telefónico. La motivación del experimento era plasmar el paso del tiempo percibido por el explorador, indicando en un cuaderno la hora y el día en que creía que se encontraba al levantarse y al retirarse a descansar. El desfase fue considerable: habiendo iniciado la exploración el día 17 de julio de 1962, la fecha de su último “día” escrita en el cuaderno fue la del 20 de agosto, mientras que en el exterior (el día en que le fueron a buscar) era el 16 de septiembre. En total, veinticinco días de diferencia. Un experimento al límite de la capacidad humana que demuestra hasta qué punto la medida del tiempo es una construcción social, sometida a la percepción de los estímulos externos.

Y es que el paso del tiempo y la alteración de la percepción desde la escucha son los dos elementos centrales de la concepción musical de Octavi Rumbau. La manipulación perturbadora de la alteridad y de la estabilidad de los signos y de sus pesos semánticos ahuyenta el acto de escucha hacia un terrain vague desconcertante, familiar y desconocido al mismo tiempo, en el que la aplicación de deícticos o expresiones indexicales (como aquí, ahora, allá) se encuentra inoperativa y en suspensión. La manipulación paradójica de las trayectorias del espacio acústico provoca explosiones en el espectro temporal, así como recorridos imposibles, en sintonía con el universo visual de Escher.

In tabla explota la dimensión del tiempo. En una arquitectura maestra del tiempo vertical, o de empujar a un tránsito desde un transcurrir helado, vivo y diluido, el paso del tiempo deja de ser un vector direccional para poder dar cabida, para perfilar una estancia donde el lugar dispone de todas las condiciones de posibilidad. Si el paso del tiempo se convierte en espacio, los estímulos sonoros pueden pasar a ser, en plenitud, el tablero de juego del tacto, y dar así el impulso para un viaje hacia un territorio vivo e ignoto, que resuena y que late.

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