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¿Quién o qué nos priva del descanso? Quién vela por nuestro reposo cotidiano? Qué rituales nos ayudan en el viaje de la vigilia al sueño? Un adulto acunando un niño, preparándolo, a través de la música, de la palabra y del movimiento, para el viaje al inconsciente; es un acto de amor brutal. Pero, ¿qué ocurre cuando somos adultos? Dónde queda ese abrazo, ese consuelo, este dejarse caer en brazos de otra persona para despertar dentro de nosotros mismos?

El descanso compartido como acto revolucionario, como ritual transformador, como acto de resistencia contra este mundo acelerado, extenuante, superproductiu, sobreexplotador y destructivamente neoliberal, que la entiende como un lujo y lo transforma en un negocio. No puedo arrancarme la cabeza es una celebración del reposo que nos es negado y una fiesta (sobre todo, una fiesta) de los cuidados y de los afectos que nos damos unas personas a otras para permitirnos este descanso. Porque sin las estructuras que nos permitan soltarnos sin temer ninguna amenaza, que nos permitan disfrutar del reposo sin sentirnos culpables, que nos dejen respirar las pausas necesarias, este descanso no será posible. Alba Pujol es la encargada de liderar este encargo del Auditori, una escena híbrida vertebrada por un equipo de lujo.

Escenes, la propuesta de encuentro entre disciplinas artísticas en L’Auditori, se convierte en un espacio fecundo para la libertad creativa. La creación y la fertilidad con la mirada, el cuerpo y la perspectiva femenina serán el hilo discursivo de un relato artístico inspirado en la mujer y la creación.