ORCHESTRAL FOLKSONGS

Textos de Julian White (traducción de Rut Martínez).

Sin ser catalán de origen –el padre de Gerhard era suizo alemán y la madre francesa– Gerhard se identificó como ‘cien por cien catalán en los dominios sentimentales y espirituales’, y este amor por Cataluña, por sus tradiciones culturales y su música popular, nutrieron su creatividad a lo largo de gran parte de su vida artística. Donde ello quedó más patente fue en sus versiones de Catorze cançons populars catalanes para soprano y piano. Conxita Badia d’Agusti, amiga íntima de Gerhard, y el pianista Alexandre Vilalta estrenaron ocho de las canciones en un concierto monográfico en el Palau de la Música Catalana de Barcelona, el 22 de diciembre de 1929. Con un “succés de scandale”, el concierto sirvió para presentar las composiciones más recientes de Gerhard tras su retorno a Cataluña, después de estudiar con Schönberg en Berlín. Junto a las dos sardanas altamente ingeniosas incluidas en el programa, los arreglos neonacionales de canciones folclóricas fueron una clara reafirmación de sus raíces catalanes, y un intento de acercarse al público catalán a través de un estilo que evidenciaba ser más accesible que el de otras obras, por ejemplo, el Wind Quintet, una pieza en parte serial. Una versión para orquesta de seis de las canciones fue estrenada en Barcelona el 1 de noviembre de 1931, con la Orquestra Pau Casals bajo la batuta del mismo compositor. Pero el acontecimiento clave sucedió el 16 de junio de 1932, cuando Webern dirigió las seis canciones durante el ISCM Festival de Viena. El concierto fue aclamado por los críticos, lo que trajo promesas de nuevas actuaciones, ofertas para publicar con la Universal Edition, y la felicitación por telegrama del President de la Generalitat, Francesc Macià, al compositor, por haber colocado la canción popular catalana sobre el tablón musical internacional. Gerhard informó, orgulloso, a Pau Casals que Conxita Badia ‘ha sido verdaderamente la sensación de la fiesta.’

LA-OBC-001 | FECHA DE PUBLICACIÓN: 27/01/2023

CANCIONERO DE PEDRELL

1941

El profesor de Gerhard, Felip Pedrell, inculcó a su alumno devoto un profundo amor por la rica diversidad cultural de la música popular española, que resonaría a lo largo de su obra. Para conmemorar el centenario, en 1941, del nacimiento de Pedrell, cuyos logros habían sido cruelmente ignorados a ojos de Gerhard, este compuso dos de sus obras más atractivas: la sinfonía ‘Homenaje a Pedrell’, basada en dos temas de la ópera de Pedrell sin estrenar, La Celestina; y Cancionero de Pedrell, el ‘ramo de flores silvestres para la tumba de Pedrell’, tal como lo describía. Esta última obra pone música a ocho canciones populares tradicionales incluidas en la obra de Pedrell, Cancionero Musical Popular Español (1921), para la que Gerhard se había implicado en la búsqueda de un editor. El estreno de la versión para orquesta de cámara fue en la radio de la BBC en 1942, con la soprano canadiense Sophie Wyss y un grupo instrumental dirigido por Leslie Bridgwater. Si en las versiones de canciones populares catalanas Gerhard afirmó una identidad catalana fuerte, el Cancionero de Pedrell reveló, como todas las obras que compuso durante su primera década de exilio en la Inglaterra de los años 40, una identidad nacionalista pan-española, reflejada en la diversidad regional de las canciones seleccionadas: dos de Cataluña, dos de Asturias y dos de Galicia, y una sola representando a Mallorca y otra a Valencia. La mayoría de las canciones mantienen respetuosamente intactas las armonías de Pedrell, mientras las que se alejan de su fuente son relativamente convencionales a nivel armónico. En varias de las canciones (realizadas en esta versión para orquesta) Gerhard recrea de modo imaginativo el sonido de los instrumentos populares tradicionales.

Sa ximbomba (La zambomba) es una canción alegre de Mallorca procedente del siglo XV, que se canta tradicionalmente entre los primeros días de carnaval y el miércoles de ceniza por grupos de hombres jóvenes cuando buscan las hogueras tradicionales encendidas por los vecinos ante las puertas de sus casas. Se acompaña con el sonido arcaico de la zambomba (un tambor de fricción autóctono de origen árabe) cuyo sonido característico es evocado por el registro profundo introducido durante los primeros compases. Siguen dos canciones catalanas de origen igualmente antiguo, ambas derivadas de Romances tradicionales. La Mal Maridada (La mal casada) –diálogo entre un ruiseñor y una pastora– es la bien conocida queja resignada de una joven obligada a casarse con un viejo, en un matrimonio de conveniencia. En Laieta, un joven pretendiente es aceptado por su amada y consigue el beneplácito del padre de ella. La primera de las dos canciones de Asturias, Soledad (título que es un juego de palabras entre el nombre de la joven y el significado literal de la palabra) es un apasionado cris de coeur de un joven cuyo amor por Soledad no tiene límites. En Muera yo, con su rasgueo estilizado, un pretendiente igualmente devoto da instrucciones a la mujer objeto de sus sentimientos, que no debe llorarle si muere en batalla contra los moros. Siguen después dos canciones gallegas: Farruquiño, que combina las melodías y letras de tres canciones distintas y da voz a una chica de Galicia que informa a su amado, de modo jocoso, que él pueda actuar como su confesor una vez que sea ordenado cura; y Alalá, la canción más antigua y característica en todo el repertorio de la música tradicional gallega. Los alalás son signos importantes de la identidad gallega, estando este basado en dos ejemplos del género que se encuentran en la colección de Pedrell. El ciclo concluye con Corrandes de Valencia, una canción de alba de las conocidas como albaes. Tradicionalmente acompañada por dulzaina y tamboril, sustituida esta en el arreglo de Gerhard por un pícolo que evoca una flauta de bisel, Corrandes ofrece una conclusión llena de alegría a este ciclo de canciones elaborado de modo tan exquisito y que se ha convertido, merecidamente, en una de las obras más valoradas y tocadas del compositor.

SEIS CANCIONES POPULARES CATALANAS

1928

Las versiones de Gerhard ofrecen una introducción fascinante a las variadas riquezas de la canción popular tradicional catalana que, insistió con un exagerado orgullo catalán, ‘son totalmente diferentes de la música popular tradicional de Castilla o Andalucía’. La íntima relación interválica entre las melodías de las canciones populares y los acompañamientos de Gerhard, en ocasiones complejos y disonantes, refleja sin duda la gran admiración del compositor por la música de Béla Bartók.

La Calàndria (La alondra) es una canción de cosecha de primera hora de la mañana, cantada por los recolectores de azafrán de la Baixa Sagarra y la región de Igualada, en la que un pretendiente desalentado recuerda haber sido descubierto en brazos de su otrora amante por la madre de la moza. En La mort i la donzella(La muerte y la doncella), una joven despierta con una visión fantasmagórica de la muerte, ilustrada gráficamente por una serie de cuerdas disonantes, cuya suavidad inicial no la hace menos estremecedora. Rechazada la aparición espantosa, la música vuelve a la ambigüedad tonal inquietante del inicio. El petit vailet (El mozo de labranza) se canta aún a lo largo y ancho de Cataluña como danza en círculo para niños. Su origen es una canción de siembra, cantada tradicionalmente por chicas girando alrededor de un joven, o “llauret”, que sostiene un arado de toro. La versión de Gerhard toma la forma de una danza catalana circular más conocida, la sardana, con el preludio bitonal que imita un introit, una estrofa cantada cuya melodía en 2/4 y un ostinato de ritmo dactílico recuerdan los “curts” (pasos cortos de la sardana), y un postludio al estilo de “llargs” (pasos largos de la sardana) con los ritmos característicos del compás hemiola tan típicos de este baile. Gerhard hace alarde de su impresionante habilidad contrapuntística en su hermosa versión deEl Cotiló, el lamento de un bandido catalán encarcelado, que parece haber perseguido al compositor a lo largo de su vida como símbolo de desarraigo y exilio, y que culmina en una última alusión hacia el final de la Sinfonía núm. 4, de 1967. Enemic de les dones(Enemigo de las mujeres), con su tempo veloz, en tono mayor, y con un uso silábico de la palabra, es una corrandes (canciones improvisadas) estilizada. Un mozo misógino confiesa a su madre que será soltero toda su vida por los defectos de las mujeres. Los ritmos a trompicones que alternan entre 2/8 y 3/8, y el lenguaje armónico ambiguo y ligeramente disonante, reflejan perfectamente las emociones vacilantes del joven. Els ballaires dins d’un sac (Los bailarines en un saco) es una canción de carnaval antiautoritaria, que tanto el público como los dignatarios bailan en la plaza mayor de los pueblos de la Conca de l’Anoia y El Penèdes. Tradicionalmente, los participantes bailaban en un saco atado en el cuello que, en un momento dado, se desataba, dejándolos desnudos, expuestos en medio de la plaza. La música de Gerhard hace alusión, una vez más, al ritmo de la sardana en este vigoroso final.

ROBERT GERHARD

Robert Gerhard y Ottenwalder (Valls 1896 – Cambridge 1970) es probablemente el máximo exponente de la música catalana del siglo XX. Hijo de padre suizo y madre alsaciana, nació en el seno de una familia de clase media dedicada al comercio de vinos. Fue el mayor de tres hermanos, uno de los cuales, Carles, llegaría a ser secretario del Parlamento catalán durante la Segunda República y moriría en el exilio mexicano. Robert Gerhard se resistió a seguir la tradición comercial familiar y pese a ser enviado a Lausana a 1908 para cursar estudios mercantiles, comenzó en esta misma ciudad a recibir sus primeras clases de Armonía y Contrapunto con Hugo Strauss en 1912 y sólo el desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial abortó sus estudios de perfeccionamiento en Múnich, iniciados en 1913 con Walter Courvoisier.

Forzado a regresar a Barcelona por la coyuntura bélica europea, Gerhard continuó su formación musical, desde 1915 en el campo del piano con Enric Granados y su discípulo Frank Marshall y entre 1916 y 1920 con el patriarca de la musicología española Felipe Pedrell, de quien se convertirá en último alumno y a quien dedicará su primerizo Trío con piano (1918) y un emocionado artículo necrológico en la Revista musical catalana en 1922. De su gran aprecio por el maestro catalán dan muestra también las obras de referente pedrelliano, que compondrá Gerhard al inicio de su exilio británico, y la alabanza de su capacidad pedagógica que le dedica en carta dirigida al compositor Arnold Schönberg en octubre de 1923.

Con la adopción de la ciudadanía británica, en 1960, Gerhard inició una etapa donde la internacionalización de su música se hizo más evidente. Su talento fue reconocido por directores como Leonard Bernstein que le encargó la Sinfonía núm. 4 «New York» con motivo del 125 aniversario de la Orquesta Filarmónica de Nueva York. Una de las obras más importantes de esta última etapa fue La peste, compuesta a partir de la obra homónima de Albert Camus, estrenada en 1964 en el Royal Albert Hall con la orquesta y el coro de la BBC bajo la dirección de Antal Dorati. En 1968 fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Cambridge. Su extensa obra supuso una renovación vanguardista que va desde propuestas neoclásicas al serialismo, al tiempo que reutilizó melodías populares.

ORQUESTA SINFÓNICA DE BARCELONA Y NACIONAL DE CATALUÑA

Núria Rial, Francesc Prat

PRIMEROS VIOLINES: Raúl García, María José Aznar, Natalia Mediavilla, Katia Novell, Pilar Pérez, Anca Ratiu, Jordi Salicrú | SEGUNDOS VIOLINES: Alexandra Presaizen, María José Balaguer, Jana Brauninger, Claudia Farrés, Mireia Llorens, Antoni Peña | VIOLAS: Josephine Fitzpatrick, Franck Heudiard, Christine de Lacoste, Michel Millet, Miquel Serrahima | VIOLONCHELOS: Olga Manescu, Lourdes Duñó, Vincent Ellegiers, Jean-Baptiste Texier | CONTRABAJOS: Christoph Rahn, Albert Prat | FLAUTAS: Christian Farroni, Beatriz Cambrils, Oihana Giménez piccolo | Oboe: dolores Chiralt, Jose Juan Pardo, Molly Judson corno inglés | CLARINETES: Josep Fuster, Alfons Reverté | FAGOT: Silvia Coricelli, Noé Cantú | TROMPAS: Juan Manuel Gómez, Joan Aragón, Juan Conrado García, David Bonet | TROMPETAS: Mireia Farrés, Adrián Moscardó | TROMBONES: Eusebio Sáez, Raúl García trombón bajo | TUBA: Daniel Martínez | TIMPANI: Marc Pino | PERCUSIÓN: Juan Francisco Ruiz, Ignasi Vila, Guillem Ruiz | ARPA: Magdalena Barrera | PIANO Y CELESTA: Dani Espasa

DIRECTOR TÉCNICO Joan Cortés | ARCHIVO Begoña Pérez | FOTOGRAFÍA May Zircus | DISEÑO GRÁFICO Lorena Alonso Noblom | PRODUCCIÓN MUSICAL Y DIRECCIÓN EDITORIAL Santi Barguñó

Álbum grabado los días 7 y 8 de enero de 2021 en la Sala 1 Pau Casals, L’Auditori de Barcelona.

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