Rajmáninov 2‎

Muerte y renacimiento se dan cita en la Sinfonía n.º 2 de Serguéi Rajmáninov, una excelente representación de su periodo de madurez, estrenada en San Petersburgo bajo su propia dirección. Con ella, el compositor ruso renació para el género sinfónico tras el desastre de su primera sinfonía diez años atrás, que le sumió en la depresión y le alejó de la composición durante un tiempo. La cita del célebre tema Dies irae de la misa de difuntos, presente en todas sus sinfonías, adquiere aquí gran protagonismo a lo largo de los cuatro movimientos. Escrita poco después de trasladarse a Dresde, en un momento de calma entre los dos periodos más turbulentos de su vida, este largo viaje sinfónico concentra gran parte de las mejores virtudes de su creación, entre ellas su inagotable imaginación melódica y la paleta de colores que arranca de la orquesta. Esta sinfonía nos permite apreciar, igualmente, su deuda con Chaikovski.

El espacio mítico sin tiempo ni lugar en el que se desarrolla Das Rheingold (El oro del Rin) emerge en un preludio, no solo de la ópera, sino de la tetralogía. La música nos revela, desde aspectos armónicos y tímbricos, la gestación de un mundo de manera orgánica.

El estreno de Luis Codera Puzo recoge la idea de sonido latente del preludio de Wagner para desplegar su fascinante universo musical, acompañado de un sintetizador modular analógico que interactúa en directo con la orquesta.