Shostakóvich 15‎

Como la propia vida, el testamento sinfónico de Dmitri Shostakóvich es irónico, enigmático, nostálgico; un pastiche aparentemente sin sentido, satírico y trágico al mismo tiempo. La última sinfonía del último gran sinfonista ruso es una mirada retrospectiva muy rica en referencias y motivos. Este gran lienzo sinfónico hecho de jirones de sí mismo nos revela el complejo mundo creativo del compositor. Se estrenó en Moscú bajo la dirección de su hijo Maksim.

Entre los conciertos para violín compuestos en el siglo XX, sin duda el segundo de Béla Bartók, muy vinculado a la tradición clásica, merece ocupar un lugar destacado. La partitura marca un punto de inflexión en su producción y cristaliza en un periodo de madurez y acierto creativo, en contraste con el contexto que le rodeaba, marcado por el ascenso del nazismo.

El estreno nacional de f(x)=xsin^2x-1/x nos permite apreciar la obra de una promesa de la composición estadounidense, cuyo título hace referencia a la función matemática que describe su estructura formal.